Tras ‘Gosto Tanto de Ti’, Pedro de Tróia presenta ahora ‘Carrossel’, un tema cantado a dúo con Rui Reininho, vocalista de GNR. Ambas canciones forman parte de, «Tinha de Ser Assim», segundo disco del artista cuyo lanzamiento está previsto para octubre de 2021.
Pedro de Tróia, presenta así ‘Carrossel’ :
<<«Un sueño que comenzó en los viajes en coche con mi padre, entre Coimbra, Viseu y Manteigas». Esta es una frase extraída de la carta digital que le escribí a Rui hace unos meses y cuya construcción -aparentemente banal- dice mucho de lo que fui, lo que soy y lo que hago para llegar a ser. Si no estoy tan seguro de que todos los comienzos tengan un final, porque un final puede adoptar muchas formas, no puedo decir lo mismo de todos los finales. Todos los finales tienen un principio. Ya sea en el tiempo, en el espacio, en nosotros mismos o incluso en los demás, antes de un final está todo lo que fue y, antes de todo lo que fue, siempre estará asociado al instante en que ese todo despertó.
A partir de aquí podría seguir en una prosa de lectura playera, con el ruido del mar, la gente y las bolas con crema y sin crema componiendo el paisaje sonoro, pero opto por quedarme con lo esencial: una madrugada escribí una canción que llamé ‘Carrossel’ y que, horas después, envié a Rui Reininho, en una breve carta en la que le hablé sobre mí y en la que le ofrecí la invitación de darle vida conmigo. El principio de todo lo que nunca terminará, porque las canciones son eternas.
En el año en que cumplo 33 años, me entero de que estoy a 33 años de distancia del encanto y la elocuencia de los 66 de Rui. Tengo una edad que es impar y su doble es par, pero, por extraño que sea, hay un camino que recorro y por el que aprendo a caminar. Ir a un sueño, por un sueño, como un sueño, es (y siempre tiene que ser) una enorme satisfacción, aunque nos rechacen amablemente. Soñé, creé, soñé, escribí, soñé, esperé, soñé, sonreí.
Sonreí porque, por muy grande que sea el símbolo al que me dirijo – es para muchos un icono, para mí una escuela y para él mismo la naturaleza, seguro – Rui es una referencia transgeneracional, en la escritura, en la música, en el espectáculo, en las respuestas, en la mirada, en el saber, en el perder, en el vivir y en el hacer sentir. Es uno de los portugueses más identificables. Se viste a sí mismo y a nadie más. Lleva un alma de cine, tan sumergida como más allá de la estratosfera, dado su talento y altura. En silencio, con su mirada toca el cielo. Pocos pueden arañar el cielo por mero placer, pero, por muy grande que sea su grandeza, se ve empequeñecida por los talones de su generosidad.
Rui aceptó la invitación y así se completó la canción. No sólo la canción, sino también parte de mí. No es raro que diga que vivo en lagos de sueños, que fueron excavados en los viajes en coche que he empezado mencionando. En esos viajes aprendí a escuchar lo que nos quieren mostrar o contar; aprendí a apreciar el país-paisaje que atravesábamos; y me sumergí en mi silencio, donde tantas veces me perdí y tantas veces me entendí.
Son lagos que, cuanto más intento escapar de ellos, más grandes se vuelven. No en altura, sino en anchura. Una anchura que separa cada vez más una orilla de la otra. Una orilla desde la que podemos llamar a todo, pero de la que sólo llega el eco, si no nos sumergimos. Una inmersión en aguas turbias, en las que nos multiplicamos y donde ponemos todo lo que somos, encima de todo lo que fuimos, en el intento desesperado de levantar lo mejor que soñamos. De kilos de dolor y lágrimas, hago la masa de los pasteles más bonitos, porque hay tiovivos que no paran. Y si hay tiovivos que no paran, es elegir, sin querer, subirse>>.