Del inglés pasó al francés con una introducción muy loca en galo para dar paso al vals ‘La Souffleouse’ con letra de Jenna Thiam. ¡Qué maravilla es escucharlo cantar en cualquier idioma!
Se quedó entonces a solas con Júlio Resende para interpretar un nuevo tema en portugués con música del brillante pianista que tuvo un solo espectacular. Una hermosa canción que nos gustó muchísimo, como todo lo que compone Júlio Resende, y que el público recibió con bravos y fuertes aplausos.
Volvieron sus músicos y Salvador hizo literalmente el mono al ritmo de la percusión de Bruno Pedroso, un divertido momento como introducción de ‘Paris, Tokyo II’. Después llegó el que fue segundo single del disco introducido por un aplaudido solo de percusión; ‘Cerca del mar’ , con toque andaluz incluido al inicio que arrancó las risas del público.
Con la cabeza metida en el piano comenzó el siguiente tema, que comenzó con un <<ay ay >> muy flamenco, ‘Ay Amor’, del cubano Bola de Nieve durante el que dejó a los músicos solos en el escenario y bajó a cantar entre el público que no dejaba de gritarle piropos.
Tras este momentazo, abandonaron todos el escenario pero por muy poco tiempo, ya que el público en pie, no dejó de reclamar su vuelta. Y lo hizo anunciando que tenía un invitado sorpresa: el guitarrista André Santos autor del siguiente tema junto a su hermana Luísa Sobral que tuvimos las suerte de escuchar casi en primicia ya que nos confesó que lo había cantado por primera vez en el concierto de Valencia.
Como acostumbra hacer en cada ciudad donde toca, Salvador Sobral hizo un guiño a los madrileños interpretando el famoso tema de Sabina, ‘Pongamos que hablo de Madrid’, recibido con mucho calor del público.
Después llegó el que fue primer single de «Paris, Lisboa», ‘Mano a mano’ que comenzó con un maravilloso a capella al que después se unió el piano de Júlio Resende. Volvieron a incorporarse los demás músicos y de nuevo también André Santos, para interpretar el último tema del concierto y también último sencillo extraído del disco: ‘Anda estragar os meus planos’ para el que pidió al público que se levantara de sus sillas y se acercaran al escenario para cantar con él, y así fue. Un apoteósico fin de un concierto magnífico.
Salvador Sobral es un gran intérprete y cada uno de sus conciertos un auténtico espectáculo y junto con los excelentes músicos que le acompañan, la noche no pudo ser mejor.
Un placer volver a ver a este crack en directo, un gran acierto de la programación de las Noches del Botánico apostar por la música portuguesa.