Esto en realidad no es una crónica, es una declaración de amor, porque el lunes Mariza nos regaló una noche de música de las que guardas para siempre en la memoria, una de esas por las que das las gracias y juras amor eterno a esa voz que tanto transmite y te hace sentir el alma de la música. La artista terminaba su tour Mundo, tras dos años presentando en directo este último trabajo producido por el español Javier Limón, y eligió Madrid como última parada de este largo e intenso recorrido.
La noche comenzó con el escenario a media luz como en una casa de fados, sonaba la guitarra portuguesa de José Manuel Neto y la voz de Mariza llenó la sala con ‘Por ti!’ incluido en su álbum «Fado em mim», seguida de ‘Já me deixou’ de «Terra». Después de saludar siguió un momento muy divertido en el que la fadista confesó que no conseguía recordar la letra del siguiente tema, con gran complicidad de sus músicos que intentaban ayudarla, al final entre risas, decidió pasar a uno de sus temas más conocidos que interpretó en la película «Fados» de Carlos Saura junto a Miguel Poveda, así vivimos y disfrutamos ‘Meu fado meu’
Después de dejarnos impresionados con este espectacular momento, cantó el que dijo que es su fado favorito, ‘Primavera’.
Y con este derroche de voz de los que te deja con el corazón en un puño, terminó esta primera parte de fado tradicional, más intimista y dio paso a la Mariza más divertida que maneja al público como quiere y que nos hizo reír con su portuñol y bailar y aplaudir. Comenzó esta segunda parte con ‘Missangas’, un tema de su último álbum, «Mundo» al que siguió esta maravillosa interpretación de ‘Sem ti’ . Merece la pena ver el vídeo hasta el final porque ella como nadie saber manejar el in crescendo de las emociones y lo que empieza calmo e íntimo, acaba siendo una explosión de voz y sentimiento de volverse loco:
Después cantó los dos temas en español incluidos en «Mundo«: primero su versión del tango de Gardel ‘Caprichosa’ y después la popular ‘Alma’ que grabó con enorme éxito junto a Sergio Dalma.
Se sentó a continuación junto al guitarrista para cantar ‘Chuva’, un tema del que dijo: <<si no canto esta, me matan>> entre risas del público que aplaudió encantado al descubrir que se trataba de una de sus canciones más famosas. Volvió a Mundo con la maravillosa ‘Rio de Mágoa’ y siguió su ‘Barco negro’, uno de esos temas que cada vez que canta te deja con el alma en un puño ante lo que es capaz de hacer con su voz, tal y como hizo con el siguiente fado tradicional que tuvo al público gritando Ah fadista! y bravos con auténtica devoción.
Llegó el turno entonces del que dijo ser un tema muy popular en las fiestas de Portugal y que ha grabado para su nuevo disco que lanzará el año que viene, así sonaba, ‘Limão’ aplaudido con locura y con gritos de ¡guapa! del público.
Anunció que llegaba el final del concierto entre lamentos del público y presentó a los músicos que la acompañan: Pedro Jóia a la guitarra clásica, José Manuel Neto a la guitarra portuguesa, Hugo “Vicky” Marques a la percusión y Fernando “Yami” Araújo. Se despidió con uno de sus temas más populares ‘Rosa Branca’ cuyo estribillo enseñó a cantar al público entre muchas risas y enorme complicidad. Se despidió entre millones de aplausos que duraron minutos hasta que la reina del fado volvió a salir e interpretó un tema de Vinicius de Moraes ‘Canto de Ossanha’ dejando bien claro, que cante lo que cante, fado, bossa nova o lo que sea, es la mejor. Los bravos del público entusiasmado lo demostraban con todo su calor. Fue verdaderamente impresionante.
Después bajó del escenario y se sentó en las escaleras a cantar uno de los temas de su primer disco que le dio fama; la versión del tema de Amália ‘A gente da minha terra’ y se levantó a continuación para pasear entre las filas del patio de butacas saludando casi uno a uno a los asistentes mientras les daba las gracias.
Y tras volver al escenario, la fadista terminó como quería, con una fiesta con todo el público del Teatro Nuevo Apolo en pie coreando con ella el estribillo de ‘Saudade Solta’.
Mariza sube a un escenario y se hace la magia, es algo inevitable. Por eso, como decíamos al principio, esto más que una crónica es una declaración de amor y una carta de agradecimiento porque el mundo es mejor con ella, porque con su voz eleva la música a lo divino y porque sí, en España adoramos a Mariza y queremos que vuelva siempre.