Bruno Monteiro y João Paulo Santos son, dentro de lo que se denomina música clásica, dos de los músicos más reputados de Portugal . Virtuosos del violín y el piano respectivamente, llevan catorce años trabajando mano a mano, no sólo en los once cedés que han publicado juntos, sino también dando conciertos por todo el mundo. El sábado estuvieron en Madrid donde dejaron evidencia de su maestría en el recital que ofrecieron en el Centro Centro Cibeles dentro de la programación musical de la XIV edición de la Muestra de Cultura Portuguesa. Con estos dos maestros hablamos de sus carreras, de la situación de la música clásica con la llegada de internet y de muchas cosas más.
Cada grupo de personas al que te enfrentas es diferente pero lo importante es sentir que sucedió algo, que no fue un concierto más.
N.S.F. ¿Cómo os conocisteis y cómo surgió la colaboración para grabar juntos los once cedés que habéis grabado hasta ahora?
J.P.S. Por uno de los directores de la Fundación Gulbenkian, el doctor Pontes Leça. Tanto Bruno como yo fuimos becarios de la Fundación y cuando Bruno volvió, el profesor Pontes Leça le dijo a Bruno que buscara a alguien para hacer conciertos y le sugirió que yo era la persona adecuada para trabajar con él. Esto fue en el 2002.
N.S.F. ¿Cuánto tiempo dedicáis al ensayo conjunto para los conciertos?
B.M. Si estamos haciendo cosas nuevas que nunca antes habíamos tocado, ensayamos mucho, si son cosas que ya conocemos porque ya hemos tocado antes, ensayamos dos o tres días a la semana unas 3 horas.
J.P.S. Bruno vive en Oporto y yo vivo en Lisboa y tengo una vida muy complicada y suele venir Bruno a Lisboa y si es un programa nuevo por ejemplo cuando grabamos Szymanowski o Lopes-Graça, fueron muchas horas de ensayo.
N.S.F. ¿Y luego cada uno de vosotros con su instrumento cuántas horas al día practica?
B.M. Normalmente 2 horas y media o 3, y si son cosas nuevas 4 ó 4 y media.
J.P.S. Es difícil decirlo porque trabajo en el Teatro São Carlos de Lisboa y yo todos los días trabajo en música mínimo 8 horas pero a veces son 10, todo muy repartido porque son muchas cosas diferentes.
N.S.F. ¿Creéis que con muchas horas de práctica se puede alcanzar la maestría con un instrumento o es necesario nacer con un don?
B.M. En mi opinión creo que las dos cosas son necesarias y luego cuando se hace este tipo de repertorio que hacemos nosotros de piano y violín es necesario que nos entendamos muy bien a nivel musical y a nivel personal también. Yo tuve experiencias horribles con otros pianistas hasta que encontré a João Paulo. El primer concierto que hicimos fue en la Fundación Gulbenkian en junio de 2002 y hemos tocado juntos desde entonces.
J.P.S. Yo creo que sí que son necesarias las dos cosas; es necesario ensayar mucho pero después es necesario algo más, tiene que haber un equilibrio también con cualidades naturales y tiene que haber algo más como puede ser la comunicación.
N.S.F. La decisión de dedicarse a la música vino por parte de la familia, del entorno o fue por voluntad propia ?
B.M. En mi caso fue por voluntad propia pero también porque mi madre daba clases de piano y yo empecé inicialmente con el piano a los 6 ó 7 años y después me enamoré del violín. Fue un cambio radical pero yo siempre quise ser músico, sólo que estaba con el instrumento equivocado.
N.S.F. Os iba a preguntar por qué habíais escogido esos instrumentos en concreto…
B.M. Para mí el violín es el instrumento más bonito que hay, con el violín se pueden hacer muchos colores, creo que es un instrumento muy bonito que me encaja muy bien. También me gusta mucho el piano pero para tocarlo no.
J.P.S. Mi madre también estaba un curso de piano pero cuando yo era pequeño no tocaba, era yo el que pedía tocar. Creo que fue cuando con 4 años fui a mi primer espectáculo que fue un ballet, quedé absolutamente fascinado. Después me pasó una cosa muy rara y es que me apasioné por los cantantes, por la voz, pero lo raro es que yo nunca quise cantar siempre quise trabajar con cantantes. Yo hago mucha música de cámara con Bruno pero mi trabajo principal es con los cantantes, entonces yo siempre quise tocar el piano pero siempre quise trabajar con cantantes. Por eso, si tuviera que renunciar a alguna de las cosas en las que trabajo en la música, jamás podría renunciar a mi trabajo con los cantantes y en ese sentido el piano es un instrumento muy bueno para eso.
N.S.F. Entonces, si no fuerais músicos ¿ hay alguna otra profesión a la que os gustaría haberos dedicado?
B.M. (entre risas) Maestro, no, estoy bromeando. Probablemente me hubiera gustado ser arqueólogo.
J.P.S. No me imagino ser otra cosa, fue tan temprano que quise ser pianista que no me imagino haciendo otra cosa. Si fuese otra cosa, tendría que ser siempre algo relacionado con el espectáculo.
N.S.F. ¿Quiénes han sido las personas más influyentes en vuestras carreras? Maestros o músicos que particularmente os hayan influido.
B.M. Fueron muchos, si tuviera que decir uno sería mi último profesor de violín, Shmuel Ashkenasi, que es un violinista judío con quien yo estudié en América y creo que también João Paulo ha sido una buena influencia, es más mayor, tiene más experiencia y ha sido una gran influencia en mí , creo que sí.
J.P.S. Es difícil decirlo porque es obvio que hay profesores que me marcaron, profesores de piano como Adriano Jordão y Aldo Ciccolini, pero tal vez , por haber tenido siempre mucho contacto con mucha gente en el medio musical, he conocido personas fantásticas. Yo todos los meses trabajo en la ópera con personas que antes no conocía; escenógrafos, cantantes, maestros, he conocido personas fantásticas y también he conocido personas horribles ( risas ) que me gustaría no haber conocido.
N.S.F. ¿Quiénes pensáis o quiénes son para vosotros el mejor violinista y el mejor pianista del mundo que ha habido o que hay en la actualidad?
J.P.S. Para mí es difícil porque a mí me pasa una cosa rara, cuando empiezo a estudiar un compositor nuevo que no conozco de repente empieza a gustarme mucho ese compositor. También como pianista sobre todo, hay personas que me atraen por una razón hay personas que me atraen por otra por ejemplo hay un pianista que se llama Michelangeli que es un pianista eximio pero es una persona con una frialdad a nivel de contacto absolutamente insoportable y yo veía eso en su manera de tocar. Una persona como Lang Lang que tiene una técnica de quedarte boquiabierto, luego hay una pianista que se llama Maria João Pires que tiene un cierto carácter de naturalidad y espontaneidad en el fraseo que admiro muchísimo, si tengo que hablar de Ciccolini en el que yo apreciaba una especie de equilibrio de objetividad del sonido. No consigo tener sólo uno.
B.M. Me gustan los violinistas que no tienen miedo de equivocarse porque hoy en día parece que está mal visto equivocarse y que no se puede fallar nunca. Luego hay artistas que me gustan dependiendo del repertorio que ellos hacen, si es Bach me gusta un violinista si es Tchaikovsky me gusta otro si fuera Brahms me gusta otro pero sobre todo me gustan músicos antiguos.
N.S.F. ¿De todos los compositores que habéis tocado hasta ahora cuál ha sido el más complicado?
B.M. Para mí es más complicado ha sido Fernando Lopes-Graça.
N.S.F. ¿Y por eso lo habéis elegido para el concierto de Madrid?
B.M. Sí porque nunca había tocado a Fernando Lopes-Graça y al principio fue preciso mucho trabajo de nuestra parte para hacer el disco que hicimos y para tocar en público las obras de él. Ha sido el más complicado por su estructura técnica, música ,todo. Para mí fue el compositor más complicado.
J.P.S. Para mí también y también fue difícil Szymanowski , también grabamos un disco de él y el problema con este compositor es que existen muchas referencias de él es un compositor que ha sido tocado siempre muchas veces. Nosotros en Portugal tenemos un problema con la música portuguesa es que nosotros no tenemos ningún músico -al contrario por ejemplo que España que en varias épocas tienen músicos que se convirtieron en referencias internacionales-, nosotros nunca tuvimos un compositor que fuese así y los músicos de mi generación ,-ahora esto ha cambiado-, no tenían mucha intención ni muchas ganas, ni solían tocar a compositores portugueses a no ser que les obligaran. También existe la dificultad que como no habían sido editados nunca los compositores portugueses, no teníamos acceso a las partituras y no había hábito de tocar compositores portugueses. Hoy en día eso ya cambió. Fernando Lopes-Graça es una escritura complicada y no hay prácticamente ninguna referencia suya por eso también hay más dificultad, muy pocas personas lo habían tocado y no había casi referencias por eso hizo el trabajo más complicado.
N.S.F. Las músicas que tocáis en los conciertos y los compositores , ¿cómo los escogéis?, ¿quién elige de vosotros dos?
J.P.S. Bruno casi siempre es el que elige.
B.M. Ahora ya es más al 50% pero antes yo decía quiero tocar esto, quiero tocar aquello…
J.P.S. Mira te voy a poner como ejemplo el programa de hoy, al principio, el programa que me propuso Bruno tenía menos compositores portugueses y yo le he dicho que como este concierto forma parte de la muestra de cultura portuguesa deberíamos tocar más compositores portugueses y por eso el programa fue hecho así la primera parte con dos compositores mayores portugueses del siglo XX. Luego en otras ocasiones y por falta de tiempo no puedo preparar un programa nuevo si me lo sugiere y tengo que intervenir y decir: << esto no >> pero partimos siempre de una idea de Bruno.
N.S.F. Antes de cada concierto ¿tenéis algún ritual de preparación, alguna manía, superstición o algo así?
B.M. Eso no lo voy a decir (risas)
J.P.S. Lo único que me sucede a mí es que no puedo estar sin hacer nada, normalmente llevo un libro conmigo y tengo que estar leyendo porque estar quieto sin hacer nada antes de salir al escenario es una cosa muy rara por eso yo estoy concentrado en la lectura mi cabeza sale de ese foco para otro foco. Hay personas que tienen manías como entrar en el palco con un determinado pie y cosas así nosotros no.
N.S.F. ¿Todavía hay nervios antes de salir al escenario?
J.P.S. Nervios de estos de que te lata el corazón muy deprisa y tal no porque sino ya estaríamos muertos después de tantos conciertos ( risas) Para mí lo importante es que tiene que valer siempre la pena, si cuando voy a tocar es un momento en el que yo doy algo a los otros y los otros reciben algo a cambio son unos nervios muy diferentes, es más en plan lo que va a suceder.
N.S.F. ¿Habéis tocado alguna vez música de algún compositor español como Granados, Falla etcétera?
B.M. Toqué Sarasate y Falla, João Paulo al piano lo que todo lo que quieras…
J.P.S. Granados, Falla Albéniz con canto, Turina, las Goyescas de Granados…
N.S.F. ¿Cuáles son vuestros proyectos de futuro, algún cedé pendiente para grabar o algo?
B.M. Tenemos un cedé que está a punto de salir no sé si en España pero creo que sí que estará, lo grabamos en abril y está a punto de salir ahora y ahora hasta enero tenemos unos cuantos conciertos juntos.
N.S.F. ¿Pensáis que la crisis ha alcanzado también a la música clásica y que Internet ha perjudicado como al resto con las descargas ilegales?
J.P.S. Sí, yo creo que tendríamos que pensar lo que estamos haciendo porque siempre es diferente oír en vivo que oír algo grabado porque la gente sabe que están en casa y tiene fácil acceso a oír lo que quiere y eso da una cierta pereza para ir a ver música en directo. Antes hacías lo que fuera para ir a ver a quien fuera tocar porque no había otra manera de hacerlo y ahora nadie va a ningún lado solo para oír y yo creo que en el área de la llamada música clásica nosotros tenemos que pararnos a pensar qué es lo que estamos haciendo. El tipo de música que nosotros practicamos exige un cierto tipo de tensión y de la tensión automáticamente al oír tocar da un tipo de placer, si vas a ver un concierto de rock tienes otro tipo de comunicación y es un error creer que es la misma cosa, entonces creo que los conciertos tienen que empezar a ser otra cosa que ya no pueden ser como eran antes hace 30 años hacías el concierto y se acababa y hoy en día se busca otro tipo de comunicación por ejemplo yo en concreto, en algunos conciertos intento hablar para orientar la escucha de las personas porque así la gente lo escucha desde otra perspectiva.
N.S.F. No es muy frecuente que los conciertos de música clásica los músicos hablen al público…
J.P.S. Pienso que debería volverse algo frecuente y normal. Realmente internet transformó las cosas y nosotros tenemos que estar pendientes.
N.S.F. ¿Hay algún escenario en especial donde os gustaría tocar todavía no hayáis tocado?
B.M. Para mí es lo mismo tocar en Nueva York que tocar en Portugal mientras el concierto sea bueno y les guste a la gente no tengo esa cosa de un escenario especial.
J.P.S. Yo tampoco, lo importante es que guste a la gente a veces termina el concierto y se nota si a la gente le ha gustado o no le ha gustado nada. Por ejemplo no es normal que la gente aplauda en mitad de una pieza, pero cuando eso pasa, que pasó varias veces, a mí me gusta.
B.M. Porque si no les gusta no aplaudirían.
J.P.S. A veces en la ópera ,después de un aria muy bien cantada que termina muy piano, piano, la gente empieza a aplaudir antes de que se termine y se deje de oír y eso es porque no estaban escuchando esas personas sólo están ahí para hacer acto de presencia, cada grupo de personas al que te enfrentas es diferente pero lo importante es sentir que sucedió algo, que no fue un concierto más.