Todo el mundo cree que el fado es triste pero eso es, entre otras cosas, porque no han asistido nunca a un concierto de Mísia. El 1 de diciembre actuó en la sala Galileo Galilei de Madrid , presentando su último disco: “Para Amália” un homenaje o, según sus propias palabras, un regalo para la desaparecida diva del fado.
Ir a un concierto de Mísia, supone no solo vivir una experiencia arrepiante al escuchar su maravillosa voz, sino también, disfrutar de sus divertidas presentaciones de cada canción. Cada una de ellas es una pieza humorística de calidad que crea un delicioso contraste al, tras unas risas, escuchar a continuación algo tan estremecedor como puede ser el fado “Lágrima”. Pero no adelantemos acontecimientos y empecemos por el principio.
El concierto comenzó con “ Tive um coração, perdi-o” que Mísia cantó acompañada al piano por el gran Fabrizio Romano y que también es la canción
que abre el primero de los dos cedés que conforman el disco. Mísia contó que así es como a Amália le gustaba ensayar sus fados y que por eso decidió grabar ese primer cedé tan solo vistiendo su voz con el piano. Otro de los temas de esta primera parte que sonaron en el concierto fue “Amor sem casa”. La cantante la señaló como una de sus favoritas y tengo que decir, que es una de las mías también. Tal vez sea porque en el disco, además de por el piano, Mísia se acompaña del actor Rogério Samora recitando el poema, y su voz me recuerda un poco a la de Adolfo Luxúria Canibal, líder de los MãoMorta que tanto me gustan.
que abre el primero de los dos cedés que conforman el disco. Mísia contó que así es como a Amália le gustaba ensayar sus fados y que por eso decidió grabar ese primer cedé tan solo vistiendo su voz con el piano. Otro de los temas de esta primera parte que sonaron en el concierto fue “Amor sem casa”. La cantante la señaló como una de sus favoritas y tengo que decir, que es una de las mías también. Tal vez sea porque en el disco, además de por el piano, Mísia se acompaña del actor Rogério Samora recitando el poema, y su voz me recuerda un poco a la de Adolfo Luxúria Canibal, líder de los MãoMorta que tanto me gustan.
En la segunda parte del disco, Mísia canta arropada de viola, bajo acústico y la guitarra portuguesa de Luís Guerreiro, el virtuoso que todos los fadistas
quieren tener en sus grabaciones y en sus giras, y que también estuvo con ella esa noche en el escenario, para su suerte y la de los que pudimos disfrutar de nuevo de su buen hacer.
quieren tener en sus grabaciones y en sus giras, y que también estuvo con ella esa noche en el escenario, para su suerte y la de los que pudimos disfrutar de nuevo de su buen hacer.
Parte de ese segundo cedé son los cuatro temas nuevos que la portuguesa dedica a Amália y que también sonaron durante su actuación. Entre ellos
destacó “Amália sempre e agora” que en el álbum canta con Maria Bethânia. En la introducción a este tema, Mísia bromeó con el hecho de que la brasileña no hubiera podido asistir al concierto pero quien sí lo hizo, iluminando el escenario con su presencia, fue la gran Martirio. Salió a cantar “María la portuguesa” canción que Carlos Cano escribió para Amália y que la española interpretó a dúo con Mísia. Fue uno de los momentos más emocionantes y aplaudidos por el público. La complicidad entre ellas era evidente y todos disfrutamos del momento dejándonos llevar por la química
entre ambas.
destacó “Amália sempre e agora” que en el álbum canta con Maria Bethânia. En la introducción a este tema, Mísia bromeó con el hecho de que la brasileña no hubiera podido asistir al concierto pero quien sí lo hizo, iluminando el escenario con su presencia, fue la gran Martirio. Salió a cantar “María la portuguesa” canción que Carlos Cano escribió para Amália y que la española interpretó a dúo con Mísia. Fue uno de los momentos más emocionantes y aplaudidos por el público. La complicidad entre ellas era evidente y todos disfrutamos del momento dejándonos llevar por la química
entre ambas.
Casi al final del concierto, la artista lusa comentó lo poco que le gustaba cantar folclore hasta que para este disco, recuperó “Rosinha da Serra D’arga” una canción popular portuguesa, que formaba parte del repertorio de Amália y que interpretó en la Galileo para mi deleitey el de todo el público asistente. Y es que una de las cosas que más me gusta de la música portuguesa en general, es la mezcla de latradición folclórica con otros géneros, como tan magistralmente lo hacen los Deolinda o Ana Moura. El espectáculo terminó tras un bis, con un público enfervorecido aplaudiendo en pie a la cantante portuguesa.
Nacida en Oporto, de madre catalana, con exmarido madrileño de origen vasco… vivió enBarcelona, Madrid, Lisboa…. y será esta maravillosa mezcla la que ha hecho de Mísia este personaje tan especial, tan carismático, quete embruja desde el escenario con sus palabras y con su voz. Nunca Amália estuvo tan viva como cuando ella la canta. En directo, Mísia mejora exponencialmente; su presencia y la potencia de su voz,hipnotizan y emocionan. Suele decirse que uno siempre se arrepiente de las cosas que no ha hecho, yo me arrepiento de haberme perdido todos los conciertos anteriores de Mísia en Madrid. Al espíritu de Amália pongo por testigo de que jamás me volveré a perder otro.