António Zambujo fue el segundo en presentar su música en el Festival de fado de Madrid. Tras cancelar su concierto programado en octubre del pasado año por problemas de salud, tenía una cuenta pendiente con el público madrileño y la saldó con creces. Asistir a un concierto de Zambujo es una experiencia única; su particular forma de interpretar el fado y fusionarlo de manera magistral con música brasileña, cante alentejano o cualquier género que se le ocurra, atrapa desde el primer momento en el que el portugués entona la primera canción con su bonita manera de cantar.
António Zambujo canta sentado, arropado por su guitarra y rodeado por una gran banda de músicos: Bernardo Couto a la guitarra portuguesa, Ricardo Cruz al contrabajo, José Conde al clarinete y João Moreira a la trompeta. Y este inusual acompañamiento instrumental en un concierto de fado, lo hizo aún más especial. Porque Zambujo no es sólo fado, su música va más allá y se enriquece de los otros géneros hasta formar algo único e inclasificable. Comenzó el concierto con una serie de temas de su último álbum, «Rua da Emenda» , la primera, el tema que abre el disco: ‘Fatalidade’, después de presentar a los músicos que los acompañaban, el músico continuó con el fado triplicado ‘Casa fechada’ de su álbum «Quinto» . Después retomó los temas de «Rua da Emenda» interpretando ‘Valsa de um pavão ciumento’, ‘Flinstones’, ‘Barata Tonta’ y ‘Canção de Brazzaville’ para retomar luego canciones más antiguas como ‘A deusa da minha rua’ y ‘Em quatro luas’ de su álbum «Guia» de 2010.
Como todo fadista que se precie, a continuación cantó un tema de Amália Rodrigues: ‘Foi Deus’ que incluyó en su álbum «Outro sentido» y que sonó espectacular en su particular voz. Y después llegó el momento álgido del concierto, uno de sus temas fetiches, que también interpretó Ana Moura la noche anterior: el fado ‘Loucura’ , que hizo al público aplaudir con un entusiasmo tal, que el artista portugués confesó que le había emocionado. En ese momento, los asistentes ya se habían entregado al emocionante espectáculo que ofreció Zambujo, un concierto íntimo, casi un ritual a pesar de estar ante un teatro lleno.
Regresó entonces a «Guia» con ‘Apelo’ tema original de Vinicius de Morães, que, según confesó, es uno de sus poetas favoritos. Siguió con ‘Rua dos meus ciúmes’ y ‘Fado desconcertado’ de «Quinto» . Tras estos dos temas, y acompañado sólo de su guitarra cantó dos fados clásicos explicando lo mucho que le gusta el fado de los años 30 y 40 y fadistas como Frederico Valério porque aunque le gusta hacer cosas nuevas con letristas actuales, según dijo: <<para hacer algo nuevo y diferente, es necesario conocer bien lo que ya se ha hecho>> después, volvió a «Guia» y «Quinto»,dos de los álbumes de los que más temas interpretó, con ‘Zorro’, ‘Algo estranho acontece’, la alabada ‘Reader Digest’ y ‘Flagrante’ para después de un divertido momento en el que entonó un trocito de la canción tradicional mejicana ‘Cielito lindo’ y un intento de cantar ‘Noche de bodas’ de Sabina pero no hacerlo por confesar no recordar la letra, terminó el concierto con ‘Pica do 7’, primer sencillo de «Rua da Emenda», compuesta por su amigo Miguel Araújo con el que acaba de hacer 8 conciertos seguidos, todos con entradas agotadas en el Coiseu dos Recreios de Lisboa.
Tras un buen rato de aplausos de una audiencia entusiasmada pidiendo su vuelta, António Zambujo nos regaló un bis con ‘A tua frieza gela’, ‘Amor de Mel, amor de Fel’, de Amália Rodrigues, con la que finalizó un concierto inolvidable que esperemos que se repita pronto porque fue todo un espectáculo disfrutar de la potencia de su hermosa voz, acompañada de una banda de músicos excepcionales que hizo levantarse al público de sus asientos y aplaudir satisfechos, el arte del gran artista que es António Zambujo.