Los portugueses The Gift nos visitaron en enero antes de que saliera su último trabajo, «Altar» en el que la banda ha roto moldes con su talento y su estilo inconfundible. El martes pasado volvían a la capital como última parada de una gira que les ha llevado por varias ciudades de nuestro país y ofrecieron un espectáculo a la altura de la gran banda que son. Así, vivimos, disfrutamos y bailamos el concierto de The Gift en Madrid.
La noche comenzaba con el primer corte de «Altar»: ‘I Loved it All’, mientras una tenue luz roja dejaba ver a ratos la figura de Sónia Tavares cuya potente voz, en un registro más contenido, creaba un ambiente casi místico que sirvió de calentamiento al público para la fiesta que vendría después. Oscuridad total entre aplausos del público y de nuevo se hizo la luz que dejó ver a todos los componentes de la banda.
Sónia saludó a los asistentes y siguió con otros dos de los temas más relajados del nuevo álbum: ‘Vitral’ e ‘Hymn to her’ este último con un sorprendente final en el que la portuguesa desplegó todas sus aptitudes vocales para cantar en un tono casi de soprano. Los aplausos más entusiastas recibieron este derroche de voz.
La cantante comentó a su público la intención de cantar casi al completo su flamante nuevo álbum «Altar», de cuya producción a cargo de Brian Eno, afirmó, están tan orgullosos.
Sonó después el que ha sido cuarto single del álbum y que acaba de ser presentado con un bello videoclip realizado por el fotógrafo australiano Niv Kovak, ‘You will be queen’.
Fue entonces cuando comenzó la verdadera fiesta con ‘Big Fish’, el tercer sencillo del disco. Nuno Gonçalves, alma y compositor de la banda, alentó a los espectadores a levantarse aunque estuvieran en un teatro y por supuesto, nadie dudó en hacerle caso, y es que cada vez que suena ‘Big fish’, es prácticamente imposible no bailar y eso hizo el entregado público, levantarse de sus asientos y hacer temblar el teatro con su entusiasmo.
Llegaban después ‘Driving you slow’ y la ya clásica ‘Music’ que todo el teatro coreó y en el que al final, introdujo un fragmento del ‘Chandelier’ de Sia , en una nueva demostración de lo que su impresionante voz es capaz de hacer. ‘RGB’ puso de nuevo a la gente en pie a botar y el teatro a retumbar al ritmo de su baile.
Sónia anunció algo especial: iban a tocar un tema de su segundo álbum «Film» algo que sólo hacían en momentos especiales, así sonaba, salvando las distancias, ‘Front of’:
El público lo agradeció con silbidos y aplausos y Sónia comunicó entonces que la portada de «Altar» (que presidía el fondo del escenario) estaba nominada como mejor portada del año y junto a Nuno, animó a los asistentes a votar entre bromas y risas.
El tema que sonó a continuación, según explicó Nuno, fue la última canción que escribió para «Altar», tiene la imagen de un hombre perdido en el mar donde la única cosa que escuchaba era el pulsar del motor sabiendo que tarde o temprano la gasolina se terminaría y la canción esa angustia sobre la que trata, es la que inspiró este viaje musical que es ‘Lost and Found’. Así fue:
Espléndida sonaba ‘Love without violins’, primer tema del álbum que creó gran expectativa a nivel mundial y que en directo nos entusiasmó, seguida de ‘Ok! Do you want something simple’, un tema de los más característicos de la banda que 23 años después siguen en plena forma y dando gran espectáculo en directo.
Volvieron a «Altar» con una canción que en un principio iba a llamarse ‘Manifest’ pero por Brian Eno y su estancia en Mali, decidieron llamar ‘Malifest’, este tema no dio descanso en el baile al público que gozó seguidamente con la alegre ‘Clinique Hope’, segundo sencillo del álbum con la que se despidieron entre una interminable ola de aplausos que no paró hasta que la banda volvió a salir, incluido nuevo look de la vocalista, a interpretar el único tema de la noche en portugués: ‘Primavera’
Hubo entonces un divertido momento en el que Sónia y Nuno disertaron sobre lo que les gustaba la expresión española ‘de hecho’ y le sirvió de introducción al siguiente tema, ‘Singles’ del álbum «Explode» que según contó Nuno duraba 12 minutos porque manifestaba la imposibilidad de la creación del artista de adaptarse a los 3 minutos que imponen las radiofórmulas. Y después el portugués, que vive en nuestra ciudad desde hace años, declaró que le encanta Madrid porque el público de la capital es el mejor público de The Gift porque los madrileños somos muy explosivos.
Los aplausos siguieron a esta declaración de amor y el tema a pesar de su larga duración, fue uno de los mejores momentos de la noche en los que Nuno abandonó su sitio tras los teclados, y saltó al escenario a cantar y bailar junto a su cómplice de tantos años, Sónia Tavares. Un momentazo inolvidable que nos hizo bailar y disfrutar como enanos.
Y se fueron del escenario entre millones de aplausos que no cesaron hasta conseguir un segundo bis que llegó de la mano de nuevo de ‘Big Fish’ con todo el teatro en pie bailando, cantando y dando palmas. Los The Gift sí que saben montar una buena fiesta.
Y dejándonos felices y entusiasmados, los portugueses se despidieron de su público más fiel.
Casi dos horas de concierto ante un Teatro Nuevo Apolo lleno hasta la bandera que bailó y coreó sus míticos temas y disfrutó de los nuevos, que en directo son una bomba.
Un concierto de la banda portuguesa siempre es una apuesta segura de gran espectáculo y buena música. ¡Brindamos por al menos 23 años más!