«Propeller», es el quinto disco de Paraguaii y supone una completa disrupción y una nueva identidad estética.
«Propeller» hará las delicias de los amantes de la música electrónica, es una invitación a bailar y a sumergirse sin miedo en una viaje de capas sonoras envolventes y adictivas. Una muestra de la buena salud de la que goza la música electrónica en Portugal.
La sorpresa no está en el camino adoptado; este estaba trazado desde hace tiempo. La sorpresa radica en la forma en que lograron alcanzar y concretar los ocho temas que hacen de «Propeller» una obra que va al espíritu de la creación de la banda.
Imaginemos a «Propeller» como el ‘Kid A’ de la discografía del trío. Donde hay sombra, vemos la luz y en el momento en que vemos la luz pronto aparece el nublado. Es para esta confrontación de opuestos para lo que debemos estar preparados. Hay momentos de densidad, pero también hay momentos en los que todo fluye con una suavidad que, cuando ponemos todo en la balanza, vemos que los dos pesos se reflejan. Todo está dosificado bajo una arquitectura estética, casi mecánica, pero que nunca deja de sonar como una obra orgánica.
La electrónica es la consigna, pero es el hombre quien controla la máquina y no al revés. Es precisamente ahí donde reside la maestría de este disco: en el excelente uso de un componente electrónico, más o menos asumido, pero que alcanza su cima ahora con «Propeller».
Es imposible no ver luces cuando escuchamos el disco. Es imposible no imaginar teclados analógicos llenos de colores parpadeantes y, sobre todo, es imposible no imaginar al Hombre que controla toda esta parafernalia de elementos electrónicos. Sí, el resultado es mucho mayor que la suma de todas las partes.
El segundo single de adelanto ‘All my Feelings Fall in Love’ representa la pasión en estado puro. La añoranza de la ligereza y la nostalgia que a veces podemos sentir de ese mismo estado.
«Propeller» lo cambió todo. Es emocionante, atmosférico, vibrante y nos manda a través de un pulso electrónico adictivo. Es la renovación que nos eleva a la mejor versión de nuestro mejor yo.